Paroles: Enrique Bunbury. El Rescate.
Desde la plaza de armas de un lugar cualquiera,
te escribo una carta para que tu sepas lo que ya sabias,
aunque no lo dijeras.
Espero que llegue a tus manos y,
que no la devuelvas.
Que pagues el rescate que abajo te indico.
Yo tampoco me explico, por que no acudi antes a ti.
Pero nadie puede salvarme,
nadie sabe lo que sabes,
y tampoco entregarian lo que vale mi rescate.
No hay dinero, ni castillos,
ni avales, ni talonarios,
no hay en este mundo, -aunque parezca absurdo-,
ni en planetas por descubrir, lo que aqui te pido.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden;
te conocen, pero no llegan a ti.
Decidi por eso mismo, un mecanismo de defensa.
Presa como esta mi alma, con la calma suficiente,
ser mas fuerte, y enfrentarme cuanto antes a la verdad,
sin dudar un segundo, lo asumo,
solo tu puedes pagar el rescate.
Devuelveme el amor que me arrebataste,
o entregaselo, lo mismo me da, al abajo firmante;
pues no hay en este mundo, -aunque parezca absurdo-,
ni en planetas por descubrir, lo que aqui te pido.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden,
te conocen, pero no llegan a ti.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden,
te conocen, pero no llegan a ti.
te escribo una carta para que tu sepas lo que ya sabias,
aunque no lo dijeras.
Espero que llegue a tus manos y,
que no la devuelvas.
Que pagues el rescate que abajo te indico.
Yo tampoco me explico, por que no acudi antes a ti.
Pero nadie puede salvarme,
nadie sabe lo que sabes,
y tampoco entregarian lo que vale mi rescate.
No hay dinero, ni castillos,
ni avales, ni talonarios,
no hay en este mundo, -aunque parezca absurdo-,
ni en planetas por descubrir, lo que aqui te pido.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden;
te conocen, pero no llegan a ti.
Decidi por eso mismo, un mecanismo de defensa.
Presa como esta mi alma, con la calma suficiente,
ser mas fuerte, y enfrentarme cuanto antes a la verdad,
sin dudar un segundo, lo asumo,
solo tu puedes pagar el rescate.
Devuelveme el amor que me arrebataste,
o entregaselo, lo mismo me da, al abajo firmante;
pues no hay en este mundo, -aunque parezca absurdo-,
ni en planetas por descubrir, lo que aqui te pido.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden,
te conocen, pero no llegan a ti.
Y no te obligo a nada que no quieras.
Las fuerzas me fallan, mis piernas no responden,
te conocen, pero no llegan a ti.
Enrique Bunbury
Recherches fréquentes