Paroles: Ismael Serrano. Acuérdate De Vivir. El Hueco En El Que Anido.
:
Se quema la tarde mientras yo te miro sin que te des cuenta.
Y exhala tu pena un perfume muy dulce y se congela el sueno.
Se apagan los cuerpos, miras la ventana con aire ausente
como quien mira alumbrada por la luz del ocaso a un nino que duerme.
Tus ojos se tinen con el viejo color de la infancia,
nostalgia del tiempo en que todo tenia respuesta,
en que era mas largo el verano y mas pequeno tu mundo.
Y unos pasos seguian siempre de cerca a los tuyos.
Y yo te diria, no se,
que las cosas van a marchar bien,
te mostraria el futuro, la borra del cafe,
con angeles y estrellas,
noches, milongas
e historias, ?recuerdas?, que hablan
de viejos amantes que crecen,
que dudan y esperan
su turno mientras anochece
y el mundo se enferma.
A veces vigilo con calma tu rostro mientras miras fuera.
Escribes, navegas, revisas las fotos del ultimo viaje.
Y cubre de nieblas tu piel, sin aviso, la memoria herida.
Fumas un cigarro, suspiras y esparces todas las cenizas.
Te callas y el miedo, feroz, cose tus pestanas.
Delicadas alas de una dulce mariposa,
veloz, fuerte y luminosa. Sin tregua persigo su vuelo
y cubre nuestra casa el polvo del recuerdo,
Y, como la tierra generosa abraza la raiz
de un frutal encendido, yo te abrazo a ti.
Y abrazo tu ropa, no se, tus maletas
tu rostro, tus dudas, tus pies, su huella,
tus manos y hasta tus zapatos,
tu pena, mi castigo,
la curva de tu espalda,
el hueco en el que anido.
Se quema la tarde mientras yo te miro sin que te des cuenta.
Y exhala tu pena un perfume muy dulce y se congela el sueno.
Se apagan los cuerpos, miras la ventana con aire ausente
como quien mira alumbrada por la luz del ocaso a un nino que duerme.
Tus ojos se tinen con el viejo color de la infancia,
nostalgia del tiempo en que todo tenia respuesta,
en que era mas largo el verano y mas pequeno tu mundo.
Y unos pasos seguian siempre de cerca a los tuyos.
Y yo te diria, no se,
que las cosas van a marchar bien,
te mostraria el futuro, la borra del cafe,
con angeles y estrellas,
noches, milongas
e historias, ?recuerdas?, que hablan
de viejos amantes que crecen,
que dudan y esperan
su turno mientras anochece
y el mundo se enferma.
A veces vigilo con calma tu rostro mientras miras fuera.
Escribes, navegas, revisas las fotos del ultimo viaje.
Y cubre de nieblas tu piel, sin aviso, la memoria herida.
Fumas un cigarro, suspiras y esparces todas las cenizas.
Te callas y el miedo, feroz, cose tus pestanas.
Delicadas alas de una dulce mariposa,
veloz, fuerte y luminosa. Sin tregua persigo su vuelo
y cubre nuestra casa el polvo del recuerdo,
Y, como la tierra generosa abraza la raiz
de un frutal encendido, yo te abrazo a ti.
Y abrazo tu ropa, no se, tus maletas
tu rostro, tus dudas, tus pies, su huella,
tus manos y hasta tus zapatos,
tu pena, mi castigo,
la curva de tu espalda,
el hueco en el que anido.
Serrano, Ismael
Acuérdate De Vivir
Serrano, Ismael
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